miércoles, 27 de agosto de 2008

Sumeria, Mesopotamia Babilonia

Sumeria

Sumeria (Sumer, Shumer o Shinar), escrito en cuneiforme KI.EN.GI, es una región histórica del Oriente Medio que formaba la parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. La civilización sumeria está considerada como la primera y más antigua civilización del mundo. La procedencia de sus habitantes, los sumerios, es incierta y existen numerosas hipótesis: la más aceptada hoy en día es la que argumenta que no hubo una ruptura cultural con el período de Uruk y que por lo tanto no tuvieron que ver factores externos, como podían ser invasiones o migraciones de otros territorios lejanos. En la lengua sumeria esta región era denominada Kengi (ki), equivalente al acadio mat Sumeri, esto es, la «tierra de Súmer» (Senaar).

El Renacimiento sumerio


Extensión del imperio de la Tercera Dinastía de Ur.
Artículo principal: Renacimiento sumerio
Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hengal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a. C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador. Esta influencia se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar "reyes de Sumer y Acad"
A Ur-Nammu le sucederá su hijo, Shulgi, quien combatió contra Elam y las tribus nómadas de los Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Suen y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin y después otro Ibbi-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, provenientes de Arabia, se hicieron especialmente fuertes y en 2003 a. C. caería el último imperio predominantemente sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y, posteriormente, Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.


Periodo de Ur III
La desaparición del Imperio Acadio permitió el renacimiento de Sumer y el regreso al régimen de las ciudades estado. Tienen gran relevancia las reformas de Gudea de la II Dinastía de Lagash en esta época neosumeria (2175 a. C.). Posteriormente en la III Dinastía de Ur, Ur-Nammu lleva a cabo un código bien estructurado con numerosas cambios. En esta época se empiezan a nombrar como Reyes de Sumer y Akkad (2111 a. C.). Shulgi en 2093 a. C. impulsará una evolución referente a los pesos y medidas existentes, a la vez que reforzará las fronteras por el acoso de los semitas-amoritas.
Pese a ello, finalmente sucumbió a los ataques de los amoritas (amorreos) los cuales llevaban tropas auxiliares elamitas-semitas, procedentes de la meseta de Irán, las cuales prevalecieron y saquearon Ur(2003 a. C.). Se vuelve a un estado de fragmentación política y proliferan dinastías locales. Rimsin creará un pequeño imperio en 1792 a. C. donde se introducirá la propiedad privada, dándose una sociedad pre-capitalista. En cambio, en Babilonia se entronizará una dinastía amorita (1792 a. C.).



La sociedad de la III Dinastía de Ur se organiza de esta manera:
mashda: "los segundos".
eren: "muchedumbre de palacio". Posiblemente se tratará de servidumbre o corte del palacio.
ir/game: criados (libres). Los padres vendían a sus hijos al templo aunque los pequeños no perdían su condición de libertad por ello.
namra: esclavos. Se les distinguía por llevar un collar con el nombre o un mechón de pelo en la cabeza.
Literatura


Himno a Iddin-Dagan, rey de Larsa. Inscripciones cuneiformes en sumerio, en torno al 1950 a. C.
La literatura sumeria comprende tres grandes temas: mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra, o Enki, dios del agua potable frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o templos y el abandono de los dioses resultante.[]

Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o la actividad constructora de un rey importante, magnificados y distorsionados con el tiempo.
Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos contrarios. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.[]


Mesopotamia.


Por encima de los niveles arqueológicos de las culturas neolíticas que se sucedieron en la zona del tigris y el eufrates s levantan sin solución de continuidad las primeras ciudades, cuyos pobladores originarios fueron los sumarios, raza autóctona de filiación desconocida. Estas ciudades, localizadas principalmente al sur del país, estaban vinculadas por la misma lengua y cultura, si bien no estaban estructuradas en unidades políticas superiores. Su organización económica giraba en torno al templo, en el que se concentraba las direcciones de todas de las actividades agrícolas, comerciales y artesanales. Las obras hidráulicas constituían el principal aglutinante social, ya que toda la comunidad colaboraba en ellas por medio de su trabajo obligatorio y con su aportación tributaria al templo. La sociedad estaba dividida en esclavos hombres libres (formando este ultimo estamento por artesanos, comerciantes, labradores y la casta sacerdotal y burocrática), y el vértice del poder se hallaba ocupado por el jefe de los sacerdotes, el patesi (rey-arquitecto encargado de las funciones religiosas, económicas y administrativas) y por el Ensi o rey, autoridad de carácter militar en la que recaían las funciones ejecutivas. Entre los primeros reyes sumerios importantes cabe citar a Eannatum, de la ciudad de Lagash, famoso por la estela en la que se narran sus conquistas, y Lugalzagisi, que extendió el poder de Umma hasta el mediterráneo. Tras la muerte de su ultimo, hacia el 2350 a. J.C., Sumeria fue conquistada por los acadios, pueblo semita procedente del centro de mesopotamia que supo asimilar y consolidar su cultura de los sometidos creando un primer Estado unificado en la zona.

La invasión de los guti, originarios de las montañas orientales, devolvió momentáneamente el poder de los sumerios, entre los que desempeño un papel prominente el patesi Judea de lagash. Después de un periodo de luchas internas el país cayo en manos de de unos nuevos invasores, los amorritas, que instalaron su capital en Babilonia. El nuevo centro político alcanzo su apogeo con Hammurabi (1728-1668), que unifico sumeria y acadia y creo el primer imperio babilónico. Su reinado supuso un importante progreso agrícola y comercial y favoreció la creación en el país de una sólida estructura política jurídica y social. El famoso código de Hammurabi, grabado en una estela de diorita con caracteres cuneiformes, constituye el primer comprendió legal conocido en la historia; en el se recogen disposiciones y normas sobre economía, formas de propiedad y herencia, relaciones laborales y cuestiones familiares (como la adopción). El imperio, estructurado por medio de una red administrativa formada por los patesis de las distintas ciudades, se hallaba bajo la protección de un dios nacional, Marduk, el cual inspiraba directamente su voluntad al rey.

Babilonia


A principios del siglo XVIII el norte de Mesopotamia empezó a sufrir los ataques de los Hurritas, un pueblo que contaba con una nueva arma de guerra: el caballo. Este animal era completamente desconocido en el mundo civilizado, pero hacía ya tiempo que los indoeuropeos lo usaban como alimento. Ahora los hurritas (aunque no eran indoeuropeos) habían resuelto los problemas técnicos que impedían usarlo como animal de tiro. Diseñaron nuevos arneses, así como nuevos carros de dos ruedas, más ligeros y maniobrables, consistentes en apenas una plataforma para el áuriga. Incluso las ruedas fueron perfeccionadas, pues las nuevas eran anulares con radios en lugar de macizas. Con los carros, las incursiones nómadas multiplicaron su eficiencia. Podían desplazarse mucho más rápidamente que un ejército de infantería, que a lo sumo contaba con pesados carros tirados por asnos para transportar la carga pesada. Podían elegir los lugares más desprotegidos, atacar y huir con el botín antes de que llegaran las defensas. No obstante, en un primer momento estos pueblos carecían de la organización y la amplitud de miras necesarias para ser algo más que una lacra dolorosa. Por el momento, el rey asirio Shamshi-Adad I seguía fortaleciendo su imperio y sirvió de pantalla contra los ataques hurritas, pero la llegada de una invasión seria era sólo cuestión de tiempo.
En 1794 Rim-Sin, el rey de Larsa, venció definitivamente a Isin y unió bajo su dominio el sur de Mesopotamia. Dos años después, en 1792 subía al trono de Babilonia el sexto rey de su I dinastía (instaurada con la invasión amorrea). Se llamaba Hammurabi. Su situación era delicada, pues su pequeña ciudad estaba entre dos grandes potencias: Asiria al norte y Larsa al sur. Sin embargo, Hammurabi era joven y los reyes Shamshi-Adad I y Rim-Sin eran ya mayores. Hammurabi se sometió a Shamshi-Adad I y, bajo su protección, arrebató a Larsa las ciudades de Ur e Isin.

En 1790 murió el rey de Egipto Amenemhat III. No se conocen bien las causas, pero el Imperio Medio se desmoronó y el país se sumió en la confusión. Los egipcios registran dos dinastías que debieron de reinar simultáneamente: la XIII dinastía gobernó el Alto Egipto desde Tebas y la XIV dinastía gobernó el Bajo Egipto desde Xois, en el centro del delta del Nilo.
En 1782 murió Shamshi-Adad I, y bajo su sucesor el poder asirio declinó. Hammurabi aprovechó para concentrar sus fuerzas contra Larsa. En 1762, tras un año de guerra, aplastó a Rim-Sin y se hizo con el control de lo que había sido Sumer. Después se dirigió hacia el norte. En 1758 saqueó Mari, en 1755 se apoderó de Eshnunna y, tras unos años de resistencia, hacia 1754 Assur se hizo tributaria de Babilonia. Su rey conservó el trono, con lo que la dinastía fundada por Shamshi-Adad I no se vio interrumpida.
En 1750 la cultura cretense inició un periodo de apogeo. Se construyeron grandes palacios, construcciones complejas con salas de uso religioso, de ceremonias y de banquetes. Había almacenes con reservas de vino, aceite, grano, lana, metales, etc. Alrededor de los palacios estaban los talleres de los artesanos metalúrgicos, de los grabadores y los alfareros. Se conservan magníficas piezas de cerámica y orfebrería. La influencia de Creta sobre las islas del Egeo y el sur de Grecia debió de reforzarse en esta época. Probablemente, fue este periodo el que dio origen a la leyenda griega sobre un poderoso rey cretense llamado Minos, al cual los atenienses debían pagar anualmente un tributo humano para alimentar al Minotauro, un monstruo, hijo de Minos, con cabeza de toro. Ciertamente en Creta se celebraban rituales con toros.




Mientras tanto un grupo de pueblos indoeuropeos que se llamaban a sí mismos Arios (nobles) comenzó a descender sobre la India. Parece ser que la invasión se produjo lentamente a lo largo de varios siglos, pero es posible que hubiera una primera oleada especialmente violenta, ya que la civilización del Indo, que ya contaba con más de medio milenio de historia, se extinguió repentinamente. Se ha constatado que uno de sus centros principales, la ciudad de Mohenjo-Daro, fue víctima de una cruenta matanza. La lengua de los arios era el sánscrito. Eran pastores de rebaños bobinos. Habían domesticado el caballo y conocían el uso del arado. Tenían muchos dioses, pero el principal era Idra, que les ordenaba la guerra santa para dar muerte a los dasa (los aborígenes de la india), que tuvieron que desplazarse hacia el sur. Las ciudades fueron destruidas y sustituidas por pequeños poblados de pastores.
Aún más al este, en China, tras el largo periodo de la dinastía Xia, se instauró la primera dinastía de la que se tiene un auténtico conocimiento histórico: la dinastía de los Chang. Su capital estaba en la ciudad de Erlitou y dominaba una buena parte del valle del río Amarillo. La organización política era rudimentaria y no estuvo exenta de tensiones y luchas con los vecinos. Durante el reinado de los Chang se fijaron los rasgos específicos de la antigua China: la escritura, el transporte mediante carros, la fundición del bronce, y una organización política estructurada en torno al rey y la capital.

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